Otra fabulosa obra sobre cocina es Afrodita de Isabel Allende. En esta ocasión, la chilena mezcla, en perfecta armonía, amor, cocina y literatura.
Así empieza:
Me arrepiento de las dietas, de los platos deliciosos rechazados por vanidad, tanto como lamento las ocasiones de hacer el amor que he dejado pasar por ocuparme de tareas pendientes o por virtud puritana. Paseando por los jardines de la memoria, descubro que mis recuerdos están asociados a los sentidos. Mi tía Teresa, la que se fue transformando en ángel y murió con embriones de alas en los hombros, está ligada para siempre al olor de las pastillas de violeta. Cuando esa dama encantadora aparecía de visita, con su vestido gris discretamente iluminado por un cuello de encaje y su cabeza de reina coronada de nieve, los niños corríamos a su encuentro y ella abría con gestos rituales su vieja cartera, siempre la misma, extraía una pequeña caja de lata pintada y nos daba un caramelo color malva.
Una de las recetas:
SORPRESA ZUCOFF
Es una omelette flambeada al ron que usted puede variar al gusto según los caprichos de su imaginación y las sobras que tenga en la nevera.
Ingredientes
3 huevos enteros
1 clara de huevo
1 cucharada de mantequilla
1 cucharadita de harina blanca
1 pizca de sal
2 cucharadas de dátiles, sin pepas y partidos
2 cucharadas de pasas rubias de California, remojadas en agua y sin pepas
4 cucharadas de miel
3 cucharadas de mantequilla
1 copita de ron Preparación Cocine
3 cucharadas de mantequilla con la miel por 3 minutos.
Agregue los dátiles y pasas. Cocine otros 3 minutos vigilando que no se pegue. Retire y guarde al calor. Bata las claras a nieve y agregue las yemas una a una. Incorpore la harina y una pizca de sal, batiendo 2 minutos. Caliente 1 cucharadita de mantequilla a fuego fuerte en una sartén pequeña. Vierta en ella el batido y revuelva con un tenedor desde el cen-tro hacia las orillas. Despegue con una espátula los bordes de la omelette y baje el calor. Cuando dore el fondo, deslícela en un plato. Cúbrala con la mezcla de dátiles y pasas. Dóblela en dos, lleve a la mesa y sólo entonces vierta sobre ella el ron previamente calentado y enciéndalo
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