Los alfajores tienen un montón de variantes, ésta no es ni la mejor ni la peor, probablemente, pero es la que a mí más me ha gustado. La he sacado de la conjunción de varias recetas que he encontrado en internet y en revistas, así que es una receta ecléctica. La probé en el cumple de una de las niñas y tuvo muy buen recibimiento.
Ingredientes:
Para las tapitas:
200 grs. de harina común.
150 grs. de fécula de maíz (maicena)
1 cucharadita rasa de bicarbonato.
2 cucharadas de cacao amargo
1 cucharada de azúcar (podemos poner tres cucharadas de cacao dulce y olvidarnos de de esta parte)
un huevo
150gr. de manteca.
1 cucharadita de licor (yo le eché oporto), he puesto una cucharadita, pero se puede ser un poquito más espléndido y echar un pizquín más, incluso se puede sustituir por la misma cantidad de jugo de naranja.
2 cucharadas de leche (en caso de ser necesario)
Para el relleno (según gusto):
Dulce de leche
o Mermelada o Confitura de cualquier fruta (si es de membrillo, genial).
Para la cobertura (según gusto):
chocolate negro semiamargo o chocolate blanco o glacé o simplemente coco rallado.
Preparación:
Cómo ya se habrán imaginado, las tapitas de los alfajores son, realmente, dos galletitas, así que lo que vamos a hacer con esos ingredientes es ni más ni menos que una especie de galleta redondita y lisa.
1º. Mezclamos todos los ingredientes sólidos: harina, fécula, bicarbonato, cacao y azúcar (en caso de echarle).
2º Mezclamos todos los ingredientes líquidos (huevo, manteca derretida, licor, 1 cucharada de leche).
3º Juntamos las dos mezclas y amasamos como si se tratara de hacer galletas. La consistencia debe ser la misma, si es necesario echar una 1 cucharada más de leche, es el momento. La masa no se nos debe quedar pegada en las manos.
4º. Dejamos la masa en el frigorífico (entre media hora y una hora).
5º. Sacamos la masa del frigorífico y la extendemos con ayuda del rodillo. El grosor dependerá del tamaño del molde que vayamos a usar, cuanto más pequeño, menos grueso, evidentemente, como no lleva levadura no va a subir demasiado, pero lleva bicarbonato y eso siempre le da cierto empuje, así que si lo hacéis del tamaño de un mordisco, el grosor deberá estar entre 2 ó 3 mm. si lo hacéis de unos 5cm., el grosor será hasta de medio centímetro o un poco mayor. Estos que yo hice eran como de una monedita de 5 ó 10 centimos, así que los hice finitos. Mientras que cortamos, el horno se puede ir precalentando. Igual, igual que si hicierais galletitas.
6º. Acomodamos las tapitas sobre la bandeja del horno, con una pequeña separación entre ellas, para que cuando se dilate la manteca no se queden como una torta. Con 8 o 10 minutos en un horno normal a temperatura mínima será suficiente. Las sacamos del horno, y esperamos a que se enfríen.
Ya tenemos las tapitas hechas, ahora, empieza lo divertido.
En esta parte pueden colaborar los más pequeños de la casa, en este caso, aconsejo cubrir toda la mesa con plástico, y usar cuchillos o cucharitas desechables. Vamos a rellenar.
Vamos agarrando una tapìta, ponemos un poquito de dulce de leche, o de mermelada o de confitura y la cubrimos con otra tapita. Podemos hacerlo como si estuvieramos haciendo de forma industrial, primero todo el relleno de todos los alfajorcitos, luego toda la cobertura. Si tenemos un niño a mano, podemos hacer que él vaya rellenando, mientras que nosotras cubrimos.
Sea como fuera, cuando el relleno ya está en su lugar es el momento de pasarlo por la cobertura. Procuraremos cubrirlos bien. Conforme lo vamos pasando por el chocolate, lo vamos dejando sobre papel vegetal para que seque.
Luego si, queda alguno a esta altura, se pueden guardar en lugar hermético y alejado de golosos durante varias semanas. Si hace mucho calor, el mejor sitio es una lata dentro del frigorífico, o el fondo de una cueva, o en su ausencia, una despensa fresquita.
Se pueden hacer las tapitas y dejar el relleno para otro momento, en ese caso, guardamos las tapitas con las mismas precauciones que si guardaramos galletitas. Como aguantan mucho se pueden hacer y guardar algunas para días de lluvia o de aburrimiento extremo infantil, sacamos las tapitas, el relleno y tenemos por lo menos distracción para una hora o más, si enganchamos con la merienda.
Otra variante muy, muy apetecible son los alfajorcitos de maicena, en ese caso eliminamos por completo la harina común y usamos solo fécula de maíz (350 gr. de fécula de maíz), a mí los de maicena, me gustan sin cacao, pero hay gustos como colores...
Y hablando de colores, he visto que también se pueden cubrir con chocolate blanco coloreado o con azúcar glacé tintado, y sirven como souvenirs o pequeños regalos, quedan muy chics. He pensado hacer algunos, así que cuando los tenga subiré las fotos también.
Otra cosa, y ésta ya es la última, he etiquetado esta entrada como 'cocina argentina', pero, en realidad, los alfajores son bien andaluces, lo que pasa es que aquí se ha reconvertido y transformado y se han convertido en el dulce nacional.
¡Uhmm! ¡Qué ricas! Guardo un recuerdo estupendo de los alfajores que comí durante mi estancia en Argentina... Allí todo sabía tan rico... ;-) Así que cuando volví me traje algunos quilos de más, pero no en la maleta sino en mis caderas :-D
ResponderEliminarA.M.R.