Según tengo entendido confitar un
alimento es guisarlo a fuego muy muy suave en un medio generalmente graso. Hasta
ahora había confitado y caramelizado cebollas. Hace unos días en un restaurante
ví en la carta que la ensalada tenía tomates confitados, investigué un poco y
este es el resultado de lo que leí con un poquito de mi cosecha.
En realidad estos tomates pueden usarse
como complemento, o acompañamiento, de un plato de verdura, carne o pescado. En
ensaladas de todo tipo y allí donde se os ocurra, incluso sustituyendo a los
tomates secos en algunos platos de pasta. Puedo imaginarlos sobre una tosta de pan y con una buena anchoa.
En esta ocasión los usé para completar un plato de calabacines rellenos de foie en la cena de Noche Vieja.
Ingredientes:
Una vez que nos vayamos a poner a
confitar tomates, y como se llevará tanto tiempo, mejor hacerlo a lo grande.
Aprovecharemos cada rincón del horno donde nos quepa una fuente . Despés pueden
conservarse en el frigorífico cubiertos de aceite.
Tomates rojos tipo pera.
Hierbas aromáticas (oregano, romero,
tomillo)
Sal gorda
Aceite de oliva virgen.
Elaboración.
Cortamos los tomates por la mitad, a lo largo, y con ayuda
de una cucharilla le quitamos las semillas. Vamos poniendo estas mitades boca
abajo sobre la fuente donde vayamos a guisarlos y que sea apta para horno.
Una vez tengamos todos los tomates
dispuestos sobre la fuente, le
echamos las hierbas muy picadas si son frescas (yo usé hierbas provenzales de
“carmencita”), un par de ajos aplastados, un poquito de sal gruesa sobre cada tomate y regamos
con el aceite de oliva. La cantidad de acetite dependerá de la de tomates y de
la fuente, pero debe quedar cubierto al menos un centímetro de la fuente. Después el tomate soltará agua y terminará confitándose en el aceite y en su propio jugo.
Ahora ya sólo queda poner el horno a
200ºC e introduir la fuente. Mantener a esa temperatura durante 20 minutos o 10
si se ha precalentado. Bajamos la temperatura a 120ºC y mantenemos otros 30
minutos. Ahora bajamos a unos 80º C y nos olvidamos de los tomates durante un par de horas.
Sacamos y dejamos enfriar y ¡!A COMER!!!
O guardar.
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