Ingredientes:
Cáscara de sandía (nos comemos la parte roja y luego
extraemos la parte blanca. Hay que sacar la cáscara dura y eliminar todo resto
de la parte roja, luego partiremos la parte blanca en trocitos pequeños, cuanto
más pequeños antes se van a cocinar, pero también corremos el peligro de hacer
caramelo de cáscara, que no es la idea)
Agua (cantidad necesaria)
Alcohol (tenemos que calcular una cucharadita por cada
cuarto de agua que usemos, yo no tenía alcohol en casa, así que usé vodka y el
resultado fue el mismo).
Azúcar (cantidad necesaria)
Para el almíbar: agua (cantidad necesaria para cubrir toda
la cáscara en la olla) y azúcar (una tercera parte de la cantidad de cáscaras,
si usamos un kilo de cáscara, será 750 gr. de azúcar). Colorante (preferentemente
color verde o rojo)
Pasos a seguir:
Una vez limpias las cáscaras y troceadas, las ponemos en
remojo con el agua y el alcohol. Al menos un par de horas.
Transcurrido el tiempo, en la misma olla donde vamos a
cocinarlas, ponemos agua, azúcar y el colorante con el que haremos el almíbar.
Añadimos las cáscaras y dejamos reposar una hora, si es necesario añadir más
agua, para que las cáscaras queden bien cubiertas, aunque no de forma excesiva
(yo hice esto por la noche, así que tapé bien la olla y dejé toda la noche en
remojo la cáscara en este almíbar frío, pero en realidad no es necesario tanto
tiempo).
Ponemos la olla en el fuego, fuerte hasta que hierva, y
luego, al mínimo, durante unos 45 minutos, o hasta que las cáscaras queden
transparentes (cuanto más grande son los trozos, más va a tardar este proceso,
por eso que es importante que se hagan trocitos finos). Si vemos que el agua se
va consumiendo, añadimos más, no queremos caramelizar las cáscaras (en mi
primer intento conseguí unos riquísimos caramelos de cáscaras de sandía, duros
con el centro blando, que fueron a parar a la basura).
Cuando veamos que las cáscaras están transparentes las
sacamos del almíbar y las escurrimos bien. Si tenemos rejilla, la ponemos hasta
que estén bien escurridas.
La extendemos en una fuente y la envolvemos con el azúcar. Y
esperamos que se sequen, para esto hay varios métodos. Uno, el de la paciencia.
La dejamos que se seque durante varios días en un sitio donde reciba calor,
pero que no sea húmedo. Otro, ponemos el horno, lo calentamos al máximo y lo
apagamos. Extendemos las cáscaras azucaradas en el horno apagado pero caliente,
con la puerta entreabierta y dejamos que se seque. Y el último, el que yo usé
(porque estoy en verano, y porque tengo sitio para hacerlo), ponemos las
cáscaras, bien extendidas en una bandeja, bien amplia, al sol. Poniéndolo por
la mañana, por la tarde ya casi están listas. Yo las puse un día y medio (por
la noche, las metí en casa, no sea que el relente nocturno me fastidiara todo
el trabajo solar) y quedaron secas, sequitas.
Una vez secas, las usamos o las guardamos. Las guardaremos
en un sitio fresco y bien seco (una fiambrera bien cerrada en la última bandeja
del frigo, vale).
Sitios en los que me inspiré para esta receta, algunos más caseros, otros más científicos:
http://www.solucionespracticas.org.pe/fichastecnicas/pdf/FichaTecnica6-Elaboracion%20de%20fruta%20confitada.pdf, http://www.monografias.com/trabajos82/proceso-frutas-cristalizadas/proceso-frutas-cristalizadas2.shtml
Nota: Hoy también he hecho cáscaras de naranja abrillantada, pero la receta de éstas, ya las puse en otro post..
Nota: Hoy también he hecho cáscaras de naranja abrillantada, pero la receta de éstas, ya las puse en otro post..
No hay comentarios:
Publicar un comentario