Cada vez que entro a un bar no puedo evitar fijarme en los platos de la carta y en sus ingredientes. No es que vaya a restaurantes o bares cada día pero en Almería, con su amplias cartas de tapas elaboradas, es fácil encontrar una gran variedad para probar y para inspirarse e incluso intentar imitar. Este es el caso de la ensalada que os presento a continuación, y que en casa elaboro con mucha frecuencia, usando incluso la misma presentación que el bar donde la probé y sigo probando. A mi hijo le encanta esta ensalada y es recurrente para la cena en las noches de calor. Como siempre digo, todos los platos que cocinamos, con una buena presentación, pueden servirse en una comida especial o como un canapé durante una cena informal con amigos, esta ensalada es especialmente exitosa para eso.
De todas las ensaladas que suelo hacer esta es quizás la más sencilla, porque hasta el guacamole lo compro elaborado. Es mejor hacerlo en casa y os lo aconsejo, pero por comodidad tengo en la nevera guacamole y no aguacates. Pero !ojo! no todos los guacamoles que venden son iguales, yo sólo uso del fresco, el que se encuentran en los refrigadores del supermercado y tendréis que probar hasta que déis con el que más os guste o !MEJOR AÚN !!elaborarlo en casa!! porque es bastante sencilo. Os diré omo lo hago yo en otra ocasión, aunque en esta ocasión es más bien una crema de guacamole.
Ingredientes:
Tomates rojos (a mí me gusta tipo pera) o tomate kumato
Queso fresco (os puede valer el tipo Burgos pero es mejor uno un poco más consistente, como el que venden en las charcuterías fresco del día)
Guacamole (crema de guacamole)
Aceite de oliva
Orégano
Pimienta molida
Sal
Nachos
Elaboración:
Picamos el tomate en cubos pequeños y los ponemos en un bol. Los salpimientamos y le echamos un poco de orégano y un chorrito de aceite de oliva, Removemos y reservamos.
Aparte, troceamos el queso fresco en daditos, más o menos del mismo tamaño que el tomate. Añadimos un poquito de pimienta y regamos con un chorrito de aceite y .... !!LISTO! a montar el plato.
En un plato colocamos un aro de emplatado, o lo montamos en un vaso bajo u otro recipiente que nos pueda ayudar a hacer porciones individuales y servir, y vamos colocando los ingredientes en el siguiente orden:
Llenamos la mitad del aro o recipiente con el tomate troceado, a continación ponemos el queso y por último un par de cucharaditas de guacamole suave. si hemos usado un aro lo retiramos. Para decorar pondremos 2 ó 3 nachos y !!A COMER!!. Particularmente a mí me gusta ir mezclando los ingredientes con la cucharilla conforme me los voy tomando, cuestión de gustos.
Es una ensalada super sencilla y que admite más ingredientes. Por ejemplo, la última vez que hice esta la ensalada la presentadé en una fuente, una ensalada a centro, no individual, y además del tomate, queso y guacamole, le añadí cebolla dulce muy finamente picada y pepino muy picado. Estaba igualmente refrescante y EXQUISITA. Probadla y probad a hacer variaciones y luego me las contáis.
martes, 7 de julio de 2015
jueves, 26 de marzo de 2015
Smoothie de frutos rojos y quinoa
La quinoa forma parte de mi dieta desde hace bastante tiempo, no sólo porque me guste su sabor sino también por su propiedades nutricionales que son inmensas, en otro post os hablaré de ellas, así que en cuanto tengo ocasión la utilizo en mis recetas aprovechando las diferentes maneras y variantes que, cada vez más, hay en el mercado.
Ingredientes:
(para dos raciones grandes)
- 1 bol de frutos del bosque
- 1 yogurt natural
- 1 vaso de leche de arroz y quinoa (En el departamento de productos biológicos de vuestro supermercado)
Preparación:
Es tan sencillo como pasar todos los ingredientes por la batidora americana durante un par de minutos.
Observaciones y consejos:
* En USA suelen echarle también hielo picado a este tipo de batido lo que le da frescura y hace que su textura sea más fina.
* Dado que en este caso he utilizado frutos rojos, para no encontrarnos muchas semillitas al beber, he decidido pasarlo por el colador, pero eso es algo que va al gusto.
* Si os resulta ácido, por el tipo de fruta elegida, podéis añadir miel ágave o miel de abejas o estevia... para endulzarlo un poco.
* Yo he utilizado frutos rojos congelados, podéis usarlos frescos, o probar con cualquier otra fruta, en casa solemos hacerlo mucho con mango, cuando es su temporada, y está realmente delicioso.
* Si tenéis quinoa hinchada podéis echarle un poquito una vez ya esté servido el smoothie, aportará un toque crunchy a vuestro batido además de ser un extra nutricional.
L u I s A
miércoles, 25 de marzo de 2015
Presentaciones con hojaldre 2: Caracolas
Ahora que dominamos la técnica del hojaldre y que hemos presentado nuestro platos con unos sencillos pero resultones vol-au-vent, experimentemos algo un poco diferente. Por ejemplo estas caracolas.
Necesitaremos unos conos metálicos para repostería. Pero si no los tenéis, que no cunda el pánico: haced como yo, unos conos con un trozo de papel de aluminio doblado varias veces. El cono debería ser de unos 10 cm de longitud y unos 3 o 4 de diámetro de la base. Aunque el hojaldre se despega mucho mas facilmente del cono metálico que del de papel de aluminio, funcionaràn bien.
Extendemos un trozo de hojaldre hasta un espesor de medio centímetro. Con un cuchillo o una rueda para pizza cortamos tiras de unos 2,5 cm de ancho y 25 de largo (es aproximado!). Pintamos las tiras con huevo, extendiéndolo bien para que queden bien empapadas pero sin charcos. Os aconsejo que pintéis como mucho 4 cada vez, para que no se sequen mientras estáis enrollándolas en los conos. Es este el paso sucesivo: enrollar estas tiras en los conos.
Es sencillo respetando estas pautas:
Acercamos en cono a la mesa, No la tira de hojaldre al cono. No tires por ningún motivo de la pasta.
Apretándolo ligeramente con los dedos, pegamos la extremidad de la tira cerca de la punta del cono. Giramos el cono de manera que la tira se enrolle a su alrededor. Sin tirar, guiamos el hojaldre intentando que cada vuelta se sobreponga a la anterior al menos un centímetro, avanzando hacia la base del cono. Cuando la tira esté completamente enrollada apretamos la extremidad pegándola a la última vuelta. Ponemos el cono en la bandeja del horno forrada, con la extremidad de la masa hacia abajo. Y repetimos con todos los conos, colocándolos bien distanciados.
Si serán utilizados para crear un dulce, podemos espolvorizar con azúcar glass. Si formarán parte de un plato salado se pueden cubrir con unas semillas de sésamo, de amapola o de lino.
Horneamos entre 200 y 220°C hasta que estén bien dorados. No intentéis quitar el cono metálico hasta que no se enfríen, se romperían.
Se pueden rellenar de crema con una manga pastelera. Crema pastelera o crema de queso y salmón, nata o mousse de paté, la elección es vuestra.
Diana MR
Necesitaremos unos conos metálicos para repostería. Pero si no los tenéis, que no cunda el pánico: haced como yo, unos conos con un trozo de papel de aluminio doblado varias veces. El cono debería ser de unos 10 cm de longitud y unos 3 o 4 de diámetro de la base. Aunque el hojaldre se despega mucho mas facilmente del cono metálico que del de papel de aluminio, funcionaràn bien.
Extendemos un trozo de hojaldre hasta un espesor de medio centímetro. Con un cuchillo o una rueda para pizza cortamos tiras de unos 2,5 cm de ancho y 25 de largo (es aproximado!). Pintamos las tiras con huevo, extendiéndolo bien para que queden bien empapadas pero sin charcos. Os aconsejo que pintéis como mucho 4 cada vez, para que no se sequen mientras estáis enrollándolas en los conos. Es este el paso sucesivo: enrollar estas tiras en los conos.
Es sencillo respetando estas pautas:
Acercamos en cono a la mesa, No la tira de hojaldre al cono. No tires por ningún motivo de la pasta.
Apretándolo ligeramente con los dedos, pegamos la extremidad de la tira cerca de la punta del cono. Giramos el cono de manera que la tira se enrolle a su alrededor. Sin tirar, guiamos el hojaldre intentando que cada vuelta se sobreponga a la anterior al menos un centímetro, avanzando hacia la base del cono. Cuando la tira esté completamente enrollada apretamos la extremidad pegándola a la última vuelta. Ponemos el cono en la bandeja del horno forrada, con la extremidad de la masa hacia abajo. Y repetimos con todos los conos, colocándolos bien distanciados.
Si serán utilizados para crear un dulce, podemos espolvorizar con azúcar glass. Si formarán parte de un plato salado se pueden cubrir con unas semillas de sésamo, de amapola o de lino.
Horneamos entre 200 y 220°C hasta que estén bien dorados. No intentéis quitar el cono metálico hasta que no se enfríen, se romperían.
Se pueden rellenar de crema con una manga pastelera. Crema pastelera o crema de queso y salmón, nata o mousse de paté, la elección es vuestra.
Diana MR
miércoles, 18 de marzo de 2015
Presentaciones con hojaldre 1: el vol-au-vent
Después de presentaros la receta base del hojaldre, esta es la primera de varias entradas en las que os propondré diferentes maneras de usar el hojaldre para presentar nuestros platos.
El vol-au-vent ("volovan" para los amigos) es una tartaleta cilíndrica muy ligera (por eso "se la lleva el viento") que puedes rellenar a placer osando en originales presentaciones como plato frío o templado, como tapa, como entrante, como acompañamiento,...
Necesitamos solo un trozo de hojaldre, huevo, brocha y 2 cortadores redondos.
Se extiende con el rodillo la masa hasta un grosor de 5 milímetros. Para cada "volovan", cortamos 3 círculos de unos 6 cm de diámetro. A dos de ellos le haremos un agujero en el centro con un cortador redondo de unos 4 cm (está claro que haréis los volovanes del tamaño que queráis). Con las pintas de un tenedor, agujerearemos la base sin agujero y la pintaremos con huevo. Pondremos encima uno de los círculos con agujero, pintaremos con huevo y repetiremos la operación con el segundo circulo con agujero. Cada vez que pintemos con huevo el hojaldre es importante hacerlo sobre la superficie horizontal porque si pintamos la parte lateral bloquearemos las capas que se tienen que separar durante la cocción para que el hojaldre crezca.
Sobre una bandeja antiaderente o papel de hornear, coceremos los volovanes en el horno precalentado a 220°C hasta que estén dorados, unos 15-20 minutos dependiendo del horno.
Conservàndolos a salvo de la humedad, se pueden preparar hasta con varios días de adelanto.
En esta versión improvisada, preparé un revuelto de zanahoria rallada, surimi picado, mayonesa y un poco de mostaza fuerte y ketchup. Terminé con un trozo de pera crujiente y unas hojas de valeriana.
En la versión que una vez me recomendó mi amigo Mariano, se pone un medallón de queso de cabra en el fondo del volovan y se cubre con un estrato de carne (preparada a parte, bien sofrita, con sal y pimienta, etc.). Se termina con un poco de crema de camembert y cebolla crujiente y se pasa por el horno el tiempo necesario para que los quesos se fundan un poco sin llegar a humedecer el hojaldre.
Nota: si bien es verdad que el hojaldre no se puede volver a amasar una vez extendido, los retales que os sobrarán no se tiran! una idea es amontonarlo, volverlos a extender juntos y recabar de ellos los círculos para las bases (el circulo sin agujero, que no necesita crecer mucho) o incluso cortar círculos para hacer minipizzas crujientes.
DianaMR
sábado, 7 de marzo de 2015
Hojaldre
Me parece increíble que hayamos esperado hasta marzo para lanzar la primera receta del 2015... Pero es comprensible: en estos tiempos es todo un corre que te pillo, no tenemos tiempo para nada! Sin embargo, de vez en cuando tendríamos que tomarnos un respiro y dedicarle un rato a alguna de esas cosas en las que normalmente no perderíamos el tiempo... Por ejemplo... hacer nosotr@s mism@s un poquito de hojaldre casero para tus recetas! No es para nada tan complicado como al principio se piensa. Claro, es mas fácil si tenemos una amasadora, pero sin ella también es posible y fácil.
Necesitaremos:
500 gr de harina
500 gr de mantequilla ( mejor, 400 gr margarina y 100 mantequilla, pero lee el *)
15 gr de sal
Aproximadamente 150 ml de agua
* Mantequilla o margarina: sería mejor usar al menos 3/4 de margarina porque la mantequilla le da un sabor muy intenso que no queda bien con todas las preparaciones. Pero es muy importante que no sea margarina de la de untar sino esa en bloques, que se mantiene mas dura después de trabajarla.
Preparación:
Empezaremos con la mantequilla/margarina. Tenemos que amasarla junto a 1/3 de la harina (unos 150 gr está bien). Haremos que la mantequilla fría sea mas manejable cortándola en trozos que pondremos sobre la mesa y aplastaremos con un puñetazo (si si). A continuación amasamos hasta crear una masa homogenea. Si tenemos amasadora usaremos el gancho. Si no, usaremos las manos y seremos muy rápidos para no calentar la masa. Dispondremos esta pasta formando una especie de ladrillo sobre uno de los papeles de la mantequilla, por ejemplo, o cualquier superficie limpia y pasaremos la otra parte de la masa.
La otra parte consiste en disolver la sal en unos 50 ml de agua, con la que empezaremos a amasar la restante harina, añadiendo poco a poco el resto del agua, solo la necesaria para conseguir una masa poco pegajosa pero blanda cuanto la otra masa. Dejamos reposar un rato, unos 10 minutos.
Enharinando la superficie de trabajo cuando sea necesario, con ayuda de un rodillo, extenderemos la segunda masa obteniendo un cuadrado suficientemente grande como para envolver la masa de mantequilla como si fuera una tableta de chocolate (mirad la foto)
Delicadamente, golpearemos la masa suavemente con el rodillo, manteniéndolo parelaleo a la superficie, primero paralelamente al borde de la mesa, luego perpendicularmente la borde de la mesa. Esto servirá a adherir las 2 masas uniformemente. Ahora podremos extenderla creando un rectángulo del doble de largo que de ancho, de medio centímetro de grosor.
Doblaremos a continuación el rectángulo como veis en la foto, en 4 (llevando las extremidades al centro y luego cerrándolo como un libro). Ahora giraremos la masa colocando el lado abierto en frente, en el lado mas lejano a nosotros, y volveremos a extender y doblar. Extenderemos y doblaremos por un total de 4 veces (4x4), dejando si es posible que la masa repose unos 20 minutos en el frigorífico entre doblez y doblez.
Por último, envolveremos el bloque obtenido con película de cocina y lo dejaremos un día (o al menos 8 horas) en el frigorífico antes de lanzarnos con nuestras recetas preferidas. Recordad que tendremos que extender el hojaldre sin volverlo a amasar porque se perderían todas las hojas que tanto trabajo nos ha costado doblar. Sin embargo os puedo sugerir algunas recetas para reutilizar los retales que os sobren.
Poco a poco os iré proponiendo algunas recetas a base de hojaldre que os harán sentir orgullosos de lo que se puede hacer con un poco de tiempo. Os aseguro que, si os dais el capricho de un poco de tiempo en la cocina, extender y doblar puede ser muy relajante!
Diana Manzanares Ruiz
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