Si el otro día deshuesamos un pollo, ahora me desquito con la receta más sencilla que hayáis visto.
Necesitamos:
Medio pollo (yo echo un muslo y una pechuga)
1 huevo
1 cucharada sopera de queso untable (bien colmada).
sal
pan rallado (cantidad necesaria, que viene a ser como unos 250 gramos).
Hierbas y especias a gusto de cada cual.
(admite también jamón cocido, trocitos de pimiento morrón, un diente de ajo picado..., todo depende de quién se lo va a comer).
Preparación:
Limpiamos el pollo, crudo, por supuesto, sacamos la piel y los huesos y lo secamos bien. Esto es importante, para que luego no tenga más humedad de la necesaria. Lo pasamos por algún aparato picador de carne, porque la idea es picar el pollo como si fuera para hacer hamburguesas (en realidad, hay un punto, en el que lo podemos usar para hacer hamburguesas o para hacer las formitas).
Una vez que el pollo está picado o triturado o pasado por la batidora, vamos incorporando los demás ingredientes. En el robot es estupendo, porque no nos manchamos los dedos, pero a mano, como toda la vida, tampoco es muy complicado.
Una vez incorporado el huevo, el queso, la sal, las hierbas, las especias, y los demás ingredientes opcionales, es el momento de ir echando el pan rallado, para que os hagáis una idea, tenemos que obtener una masa parecida a la de las galletas o a la del pan, por eso era tan importante que el pollo no estuviera húmedo de más, porque si es así, vamos a necesitar más pan rallado.
Esta masa vamos a extenderla en una bandeja, en la que previamente hemos echado una fina capa de pan rallado, le dejamos a la masa del pollo un grosor de un centímetro, o un centímetro y medio (depende de cómo queramos hacer de gruesas las formitas, a mí me gusta de poco más de un centímetro, para controlar mejor la fritura).
Y ahora sí que llega el momento más genial. Si tenemos cortantes de galletas, vamos a usarlos. Mejor si no tienen muchas curvillas pequeñas, los de forma de corazón, de flor, de estrella, son los mejores, también los que tienen forma de pica, de rombo o de círculo, mejor no usar si tenéis con forma de cisne o de hipopótamo, pueden ser impactantes, pero más trabajosos para cortar la forma. Si no tenéis cortadores de galletas, ni moldes de plastilina, entonces os aconsejo que vayáis haciendo bolitas con la masa, y le metáis un palillo de dientes, se va a quedar como un chupachup de pollo y si le dais a la bolita, forma de pera, va a quedar como un muslito de pollo, y el palillo, con un poco de imaginación, sería la patita.
Hay otra opción, podéis dejar la masa un poco más blanda e ir pasando luego por pan rallado, pero os va a dar más trabajo, de esta manera, incorporando todo el pan rallado con la misma masa, simplemente es ir cortando y friendo.
El último paso es precisamente ese: freír el pollo, como si fueran las formitas de pollo que se compran o como si fueran croquetas, es decir, hasta que queden bien doradas, pero no quemadas.
Cuando dije que había un punto en el que podríamos optar por freír o hacer hamburguesas, me refería al punto de extender la masa en la bandeja. Ahí es cuando podemos optar por hacer formitas, hacer hamburguesas o hacer muslitos con palillos de dientes.
Es una de esas recetas que luego se van a ir ajustando a los gustos y a las necesidades. Y es bastante socorrida, porque es fácil de hacer, se acomoda bien a los diferentes gustos y es bastante rendidora.
Nota: hacer como que no veis el papel secante de las fotos, sin embargo, tienen su parte positiva, como veis, vais a necesitar poner las formitas sobre un papel, para que escurran bien el aceite sobrante.